miércoles, 27 de mayo de 2009

¿Qué pasaría si un día despertamos?

Mario Benedetti

¿Qué pasaría si un día
despertamos dándonos
cuenta que somos mayoría?


¿Qué pasaría si de pronto
una injusticia, sólo una,
es repudiada por todos,
todos que somos todos,
no unos, no algunos, sino todos?


¿Qué pasaría si en vez de
seguir divididos, nos
multiplicamos, nos sumamos
y restamos al enemigo que
interrumpe nuestro paso?


¿Qué pasaría si nos
organizáramos y al mismo
tiempo enfrentáramos
sin armas, en silencio,
en multitudes ,en millones de
miradas la cara de los
opresores, sin vivas, sin vivas,
sin aplausos, sin sonrisas,
sin palmadas en los hombros,
sin cánticos partidistas,
sin cánticos?


¿Qué pasaría si yo pudiese
por vos que estás tan lejos,
y vos por mí que estoy tan lejos, y
ambos por
los otros que están muy
lejos, y los otros por
nosotros aunque estemos lejos?


¿Qué pasaría si el grito
de un continente fuese
el grito de todos los continentes?
¿Qué pasaría si pusiésemos
el cuerpo en vez de lamentarnos?


¿Qué pasaría si rompemos
las fronteras y avanzamos,
y avanzamos , y avanzamosy avanzamos?

¿Qué pasaría si quemamos
todas las banderas para
tener sólo una, la nuestra,
la de todos, o mejor
ninguna, porque no
la necesitamos?


¿Qué pasaría si de pronto
dejamos de ser patriotas para
ser seres humanos?

No sé… me pregunto yo:
¿Qué pasaría?

martes, 26 de mayo de 2009

Si me falta tu sonrisa, amor



(Liuba María Hevia)
Esta casa tú la habitas,
esta luz te reconoce,
estás rondando mi puerta
con el canto de un sinsonte.

Aquí está lo necesario,
pero el silencio se rompe
cuando escapas de los labios
en un beso que te esconde.

Sin tu amor la vida se demora,
el mundo se desploma
si me invade tu sonrisa.
Di qué hacer con la belleza de esta hora,
para qué soñar mañanas
si me falta tu sonrisa.

Estas manos han nacido
de tu pelo y de tu espalda,
de esa ternura implacable
que no concibe palabras.

Dónde dibujar tu risa,
cómo esconder que le faltas
a esta guitarra que sabe
de duendes y madrugadas.

Para tocar el cielo


Hasta poco antes de su muerte, Antonio Vega estuvo trabajando en un disco en directo, que preparaba con una gira de pequeños conciertos en distintos teatros del país y para el que había compuesto dos canciones nuevas.
Nació en Madrid el 16 de diciembre de 1957. Tras abandonar la universidad por la música, en 1978 formó junto a su primo Nacho García Vega, Carlos Brooking y el batería Ñete el grupo Nacha Pop.
Dentro de su primer trabajo se incluía un clásico ya del pop español, la célebre 'Chica de ayer', una composición suya. Ahí comenzó una carrera que se prolongó nueve años, plagada de éxitos y un enorme prestigio, pero pocas ventas. Durante ese tiempo, el conjunto grabó siete álbumes: 'Buena disposición' (1982); 'Más números, otras letras' (1983); 'Una décima de segundo' (1984); 'Dibujos animados' (1985) y 'El momento' (1987).
Poco después, Vega dio comienzo a su carrera en solitario. Con su estilo intimista, con canciones que él llamaba "poemas adaptados a la música" y con las que tuvo muchos altibajos comerciales.

martes, 19 de mayo de 2009

Gracias Mario!



Hoy parte a su última morada el escritor Mario Benedetti. Desde aquí Mario, quiero darte las gracias por permitirnos conocerte, nos dejas tus obras y la tarea de seguir luchando por otro mundo, que es posible.

Hace algunos años Víctor Merino, músico y amigo de Benedetti musicalizó los poemas de Mario, que fueron interpretados por artístas nacionales y extranjeros. Algunos de los temas: Papel Mojado y Te Quiero en las voces de Tania Libertad y Joan Manuel Serrat.

lunes, 18 de mayo de 2009

El poeta del compromiso

JUAN CRUZ - Madrid - 17/05/2009
Murió Mario Benedetti. El poeta resistente, que vivió el exilio y la enfermedad (un asma pertinaz, obsesiva) le fueron rompiendo, pero él se
mantuvo siempre "en defensa de la alegría". Finalmente, una agonía causada
por un fallo intestinal, que hizo deprimentes sus últimos días, le rompieron
del todo, y murió ayer a los 88 años, en su tierra, Montevideo. Nació en Paso de los Toros, pero esta urbe que parece un microcosmos literario fue el lugar al que volvió siempre, de todos los exilios. Era al final (y esta expresión la acuñó él) un *desexiliado*. Pero su alma sufrió las heridas de todos los exilios.

Su muerte se produjo semanas después de su última hospitalización por fallos multiorgánicos que al final le cegaron el humor y la vida; pero había empezado a morir mucho antes; hace tres años falleció su mujer, Luz, con la que vivió toda la vida, en la libertad y en el destierro; él creyó siempre que la enfermedad de Luz, que se olvidaba de apagar las luces de la casa, en
Madrid, era una simple distracción, e incluso le compró artilugios con los que dominar las consecuencias de su sordera. El poeta del compromiso, del amor y de la alegría, sintió luego que, en efecto, esas ausencias eran debidas a un alzheimer que inundó la casa de desolación y de huida.

Se fue con ella, de nuevo, a Montevideo, y allí la cuidó hasta que finalmente le dejó del todo. Y le dejó malherido. Benedetti tuvo algunos momentos de alegría después, como cuando Hortensia Campanella, su biógrafa última, le entregó el manuscrito en el que se condensa la vida entera del
escritor que nos ha dejado. Él ironizó ante tanto papel, y delante de Ariel, su fiel ayudante, dijo: "¿Tanto he hecho?"

Pero su alma estaba herida; seguía escribiendo, poemas, haikus, animado por su editor de poemas, Chus Visor; tenía la casa llena de literatura; en un tiempo él fue política, enteramente, sus poemas estaban al servicio de la rabia que le produjeron las dictaduras del sur, la suya, la uruguaya, que le persiguió a muerte, y la argentina, que fue cómplice de aquella y también
quiso matarle. Mató a un amigo suyo, el líder político Zelmar Michelini, y esta muerte fue un símbolo de las muertes que hubo antes y después en la vida acosada de hombres como él. Luz fue su bastón. Y Palma y Cuba y Lima sus lugares de exilio; a los tres les guardó siempre gratitud; fue un gran defensor de la Cuba de Fidel, por eso mismo, pero jamás utilizó esa afinidad para discutir, en los últimos tiempos sobre todo, lo que en esa revolución que él quiso se fue torciendo.

Era un hombre cordial, enteramente, pero era un tímido absoluto. Los que le conocieron en España le recuerda, por ejemplo, en la Feria del Libro de Madrid, puntilloso, anotando con palotes los libros que firmaba; y le recuerdan rechazando el pescado con espinas y en general las tonterías; era un conversador tranquilo; llegaba a los sitios con su maletita marrón
gastada, y dentro llevaba siempre poemas o cartas, en esos momentos en que cumplía compromisos parecía a la vez el escolar que fue y también el oficinista.

Su apariencia era la de un juez de paz, pero nunca hubo paz dentro de su alma, ni siquiera cuando se le vio feliz, con sus manos a la espalda, con su mirada desvaída por las lentillas, con su bigote largo e invariable a lo largo de una vida en la tantos se enamoraron al tiempo que recitaban sus
poemas o escuchaban las canciones que hicieron con sus versos su paisano Daniel Viglietti y el catalán Joan Manuel Serrat. Con Viglietti tiene una anécdota que se parece a algunas de las que le convertían también en un escolar huidizo al que le asustaba la fama, al tiempo que le agradaba que algunos, ante sus recitales multitudinarios, le dijeran que parecía una
estrella de *rock*.

Hubiera sido incapaz de cantar, pero un día se encontró con Viglietti en París, en un aeropuerto, y Daniel le dijo a Mario: "Estoy haciendo música para sus poemas". "Y yo estoy haciendo poemas". Entonces el poeta se quedó pensando, y añadió, riendo como reía, como para no molestar: "Tenemos que hacer algo con esta casualidad". De esa casualidad nacieron conciertos,
libros; eran como dos en la carretera; cuando vimos a Viglietti en Montevideo, en el entierro de Idea Vilariño, a mediados de abril, la gran amiga generacional de Mario, el cantante nos dijo: "Y lo de Mario. Estamos tan mal, y vamos aún a lo peor".

Se apaga la voz de su compañero, pero quedan la voz de las canciones.

Montevideo fue su último sitio, y fue casi el primero. Su largo recorrido por la vida conoció una interrupción terrible, cuando los médicos le detectaron tumores que aconsejaron operación, en el Hospital XII de Octubre de Madrid. Allí le atendió, entre otros, el doctor José Toledo, que le
conocía, y todo el mundo se desvivió por él como si no fuera tan solo un enfermo sino un padre, o un hermano, el hombre que había iluminado con sus versos (de amor, de política, de tierra, de aire) la vida de cualquiera. Un día, poseído por el dramatismo al que a veces lo llevó su pesimismo, el que también está en sus poemas, y en sus narraciones, Mario decidió abandonarse.
Como hubiera dicho Idea, que le precedió en la muerte, empezó a decir *para qué*. Detrás de esa decisión de no seguir hay algunos versos, como estos: "Me he ido quedando sin mis escogidos/ los me dieron vida/aliento/paso/ de soledad con su llamita tenue/ y el olfato para reconocer/ cuánta poesía era de madera/ y crecía en nosotros sin saberlo/ Me he quedado sin proust y sin vallejo/ sin quiroga ni onetti ni pessoa/ ni pavese ni walsh ni paco urondo/ sin eliseo diego sin alberti/ sin felisberto hernández sin neruda/ se fueron despacito en fila india".

En ese clima de desolación en el que lo pusieron la enfermedad y su porvenir Mario descuidó su aspecto, dejó de afeitarse, y alguien le dijo, una madrugada: "Así no puedes estar. Tú eres guapo, un hombre así parece enfermo. Ya no lo estás". Le bastó. Al día siguiente se rasuró del todo, se
puso de limpio, y cuando este amigo le visitó otra vez y se hizo el distraído sobre su nuevo aspecto, el viejo poeta revivido le llamó la atención y le dijo:
-¿No te has fijado que hoy sí me afeité?
Era un hombre insobornable, el más comprometido de su tiempo. Su muerte deja en silencio mustio su época, su ejemplo y la raíz de sus versos. Pero los muchos que le cantan no lo dejarán, como él decía del verdadero amor, en lo oscuro.
© EDICIONES EL PAÍS S.L.

jueves, 7 de mayo de 2009

el presente

No soy admiradora de Julieta Venegas, debo reconer que hasta hace poco, fuí prejuiciosa con la música de la mexicana. El año pasado en uno de los tantos encuentros(de capacitación) que tuve en Lima, la escuche con el presente.
Ahora estoy permitiéndome apreciar la larga discografía de la Venegas.El presente es un tema especial, importante, es mi presente.

Depende



Jarabe de Palo

Que el blanco sea blanco
y que el negro sea negro,
que uno y uno sean dos
porque exactos son los números
depende
Que aquí estamos de prestao
que el cielo está nublao
que uno nace y luego muere
y este cuento se ha acabao
depende
depende ¿de qué depende?
de según como se mire, todo depende

Que bonito es el amor
mas que nunca en primavera
que mañana sale el sol
porque estamos en agosto
depende

Que con el paso del tiempo
el vino se hace bueno
que to lo que sube, baja
de abajo arriba y de arriba abajo
depende
depende ¿de qué depende?
de según como se mire, todo depende

Que no has conocido a nadie
que te bese como yo
que no hay otro hombre en tu vida
que de ti se beneficie
depende
Y si quiere decir si
cada vez que abres la boca
que te hace muy feliz
que sea el día de tu boda
depende
depende ¿de qué depende?
de según como se mire, todo depende.