
El secuestro y desaparición de nueve campesinos en el distrito de Santa, lamentablemente para la gran mayoría de la población de la provincia del Santa, pasó desapercibida. Por ese tiempo, yo cursaba el quinto año de secundaria en el colegio Nº 88183 en el sector de 14 Incas., y no recuerdo el hecho; quizá lo escuché por una emisora radial o simplemente obviaron la información del suceso, porque para muchos medios locales los desaparecidos eran terroristas.
Después de algunos años, cuando ya cursaba el sexto ciclo de Comunicación Social en la Universidad Nacional del Santa, en los medios nacionales se destaparon los crímenes del Grupo paramilitar “Colina” comandado por Martin Rivas. El caso Santa salió a relucir y muchos estudiantes pudimos conocer con detalle el hecho, causándome mucha indignación. Sentí una vez más, que para los grupos de poder -económico y político- en nuestro país la vida no vale nada y si alguna persona se convierte en un estorbo, simplemente lo quitan del camino.
Hoy, 18 años después, es importante manifestar nuestra solidaridad con los familiares de los nueve campesinos que fueron desparecidos y aunarnos a la exigencia de justicia para que los responsables sean sancionados como corresponde. Por eso creo que es importante tener memoria histórica, conocer lo que ha pasado en nuestra provincia, región y país; ello nos va permitir construir un país diferente, no se puede construir, ni reformar, ni ampliar una democracia tapando nuestro pasado.
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