Ayer,
miles de ciudadanos tomamos las calles de Chimbote para expresar el rechazo a
la corrupción, al sicariato y a la impunidad, hartos de tantas muertes absurdas
ocasionadas por el 'chalequeo' y los ajustes de cuentas, hartos de tanta
corrupción que copa todos los sectores del Estado, cansados de obras
inconclusas o mal hechas, de ver vulnerados los derechos de los que menos
tienen.
Frente a
esta realidad, no podemos estar indiferentes y pasivos, hagamos uso de nuestro
derecho a expresar nuestra voz de protesta y más. No podemos dejarnos ganar por
el miedo o la comodidad, justificar nuestra ausencia en las manifestaciones
porque no estamos de acuerdo con quienes las convocan o lo lideran es muy
cómodo y hasta nos hace cómplices de la corrupción.
Personalmente,
no concuerdo con muchos de los personajes que están encabezando las marchas,
pues tengo claro que muchos de ellos tienen intereses políticos (están pensando
en las próximas elecciones), en esta ciudad nos conocemos bastante bien. Es
cierto también que exigimos nuevos líderes, pero me pregunto qué estamos
haciendo nosotros para promover a nuevos líderes, si sólo nos quedamos en la
crítica; podemos y tenemos que aportar, poner nuestro granito a de arena
para gestar el cambio que tanto anhelamos.
Por eso
mismo, creo que no puedo ni debo quedarme en casa sólo mirando y criticando.
Ayer hemos salidos a las calles junto a profesionales, pescadores, jubilados,
agricultores, profesores, jóvenes y niños, con un sólo interés: manifestar el
rechazo a los males que nos aquejan y exigir a las autoridades que cumplan con
su función. Esta acción ciudadana me llena de orgullo porque me doy cuenta que
no hemos perdido la capacidad de indignación, que no estamos ciegos,
somos un pueblo que reacciona, se defiende y exige se respete la vida,
demandando justicia y paz.
La marcha
de ayer es el inicio de una gesta que debe continuar… ¿qué estás esperando para
sumarte?
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